La secretaria de Prensa del gobierno de Estados Unidos, Sarah Sanders, publicó este jueves el teléfono del New York Times y convocó a los simpatizantes del presidente Donald Trump a llamar al periódico para solicitar que entregue la identidad de un fuente anónima que criticó al mandatario.
“La salvaje obsesión de los medios por la identidad de este cobarde anónimo está ensuciando la reputación de cientos de estadounidense que sirven con orgullo al país y trabajan para el presidente Trump”, indicó Sanders.
“Paren. Si quieren saber quién es este cobarde perdedor, llamen a la mesa de opiniones del decadente New York Times al 212-556-1234 y pregunten. Ellos son los únicos cómplices en este acto de engaño. Nosotros permanecemos unidos y en pleno apoyo de nuestro presidente Donald J. Trump”, agregó.
For those of you asking for the identity of the anonymous coward: pic.twitter.com/RpWYPHa6To
— Sarah Sanders (@PressSec) September 6, 2018
El inusual pedido de la portavoz fue hecho a través de su cuenta de Twitter y en medio de un inédito escándalo desatado en la Casa Blanca luego de que el periódico publicara el miércoles una carta atribuida a un alto funcionario anónimo en la que se da cuenta de la presunta actuación de una red de colaboradores de Trump empecinados en moderar y limitar ciertas actitudes del presidente “perjudiciales para la salud de la república”.
En la misiva el autor del artículo, que se define como republicano y defensor del programa de gobierno, describió una presidencia de “dos vías”: en una, el mandatario republicano dice una cosa y en la segunda, su equipo hace otra distinta para preservar la institucionalidad.
La carta también describe a Trump como una persona errática, alejada de los pilares del Partido Republicano al que representa y con una fuerte predilección por líderes autoritarios como Vladimir Putin, presidente ruso, y Kim Jong-un, líder norcoreano.
En medio de rumores sobre el posible autor de la misiva y los miembros de esta supuesta “resistencia”, el secretario de Estado, Mike Pompeo, y el vicepresidente Mike Pence fueron los primeros en negar en público cualquier afiliación.
Fuente: Infobae
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