El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) rechazó de manera categórica las acusaciones del Gobierno de Daniel Ortega “dirigidas al PNUD y a su personal”, hechas a través de una nota de la Cancillería enviada a embajadas, organismos internacionales y Agencias de Cooperación acreditadas en Nicaragua, en la cual se le señala de desarrollar una labor de “injerencia política” para “financiar a agrupaciones políticas” y de “tergiversar los datos de desarrollo” del país.
En un comunicado oficial publicado desde la sede de Nueva York, el PNUD sostuvo que “no ha participado de ninguna injerencia política ni ha financiado partidos políticos en Nicaragua o en cualquier otro país” y agregó que ellos sirven “a los países en los cuales trabajamos y a su gente, sin ningún tipo de afinidad ni inclinación política”.
La nota oficial del Gobierno orteguista suscrita por la vicecanciller de Cooperación Externa, Arlette Marenco, utiliza un lenguaje descarnadamente autoritario, e incluso acusa al PNUD de utilizar “sus oficinas para intromisiones en nuestra política interna, financiamiento a agrupaciones políticas, y tergiversación de información sobre los datos de desarrollo del país”.
El PNUD es un socio de confianza para el desarrollo sostenible. Nuestro trabajo refleja las prioridades de desarrollo nacional y el plan estratégico mundial del PNUD y se lleva a cabo con excelencia técnica, neutralidad política y transparencia. Respetamos la soberanía nacional y nos guiamos por la Carta de las Naciones Unidas. Nuestros funcionarios también se rigen por el Código de Conducta de la ONU, respondiendo al Juramento del Cargo de la ONU, que exige actuar con imparcialidad e independencia”, argumenta el Programa de las ONU en su comunicado.
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