La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, denunció que en su país está en marcha «un nuevo golpe de Estado», refiriéndose a la destitución constitucional que se le realizó al exmandatario Manuel Zelaya, en 2009, según ha dicho en unas declaraciones.
«El plan para destruir mi gobierno socialista y democrático, y el próximo proceso electoral están en marcha. Las mismas fuerzas oscuras internas y externas de 2009, con la complicidad de la mediática. Se están reorganizando en nuestro país para asestar un nuevo golpe de Estado que el pueblo debe repeler», dijo la mandataria en un mensaje de radio y televisión.
Sus declaraciones surgen en medio de una polémica por su decisión de cancelar el tratado de extradición con EE.UU., que permitía el encarcelamiento de poderosos narcotraficantes. Encima, se suma otra controvertida situación tras que su cuñado y el sobrino de la mandataria renunciarán a su puesto que mantenían en la administración actual luego que estos admitieran que se reunieron con narcos en 2013.
Una vez que se concretó la anulación del tratado la embajadora de EE.UU. en Honduras, Laura Dogu, lanzó duras críticas contras las autoridades de gobierno hondureños quienes se reunieron con el ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, a quien la diplomática tildó de «narcotraficante».
Las palabras de la funcionaria estadounidense fueron considerados por Castro como un acto inadmisible de injerencia.
El martes, Castro reiteró su postura contra Dogu y aseguró que sus declaraciones ponen en riesgo «la paz y la seguridad interior de la República«. Del mismo modo, ratificó que su país pondrá fin al tratado de extradición con Estados Unidos.
«No permitiré que se instrumentalice selectivamente el tratado vigente con EE.UU. para desarticular las Fuerzas Armadas, derrocar un Gobierno y destruir las elecciones», aseveró.
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