COMENTARIOS CORTOS Y ÚTILES
En el desierto las temperaturas son extremas. Por el día hace un calor sofocante y por la noche muchísimo frío. Apenas existe vida y no llueve, o casi no llueve. Pero el desierto esconde, bajo su arena, la vida que no somos capaces de ver; semillas que esperan pacientes su momento. El sueño de estas semillas es que un día llueva y consigan ver la luz. Un día, de pronto, llueve un poco sobre el desierto, y las semillas aprovechan para crecer de prisa. Y el desierto se llena de hermosas flores de colores. ¡El espectáculo es realmente increíble!
Nosotros somos como el desierto: lo que se ve no es ni la mitad de lo que escondemos dentro. Nuestro interior está repleto de semillas que esperan florecer. Si nos mantenemos alertas, como las semillas del desierto, aprovecharemos la oportunidad y alcanzaremos nuestros sueños, como las flores que surgen de las semillas del desierto.
Todo lo que necesitas para alcanzar tus sueños está dentro de ti. Para alcanzar un sueño, debemos buscar dentro de cada uno de nosotros las herramientas necesarias. Los principales recursos con los que debes contar, deben ser estos:
Ilusión: sin ilusión no hay nada que hacer. Un sueño se consigue porque se desea de verdad. Si se pierde la ilusión, se pierden las fuerzas y el sueño se aleja. Si aumenta la ilusión, contaremos con más energía para alcanzar nuestro sueño.
Confianza en ti: “Puedo hacerlo, claro que puedo”. Esa es la frase que debes repetirte cada mañana. Comienza por convencerte de que puedes lograrlo. La mente es muy poderosa. Si tu mente te recuerda constantemente que puedes, claro que podrás.
Esfuerzo: Las cosas no llegan porque sí. Las cosas se consiguen con trabajo y esfuerzo, con pequeños pasos. Recuerda: “una larga caminata siempre empieza con un pequeño paso”. Pero no será fácil, y habrá que dedicar mucho esfuerzo para conseguirlo.
Constancia y paciencia. Si las flores del desierto perdieran la paciencia y se dejaran morir, no podrían aprovechar el momento de lluvia y nunca verían cumplido su sueño. Mantenerte firme en tu empeño es esencial para conseguir tu meta.
Fe y esperanza: “La esperanza es lo último que se pierde”. Y así debe ser. Si pierdes la esperanza en lograr tu objetivo, no tendrá ningún sentido seguir adelante. Sin fe y esperanza esas semillas del desierto que esperaban que llegara la lluvia, no estarían preparadas para cuando llueva y se pudrirían hasta desaparecer. Si tú crees en tu objetivo, y crees en tus posibilidades, tendrás el viento a favor. Y, cuando lo tengas en contra, sabrás resistir la embestida y seguirás adelante.
Adolfo Miranda Sáenz
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