El terror ha golpeado este viernes, el día consagrado a la oración en el islam, una mezquita repleta de fieles en Bir al Abed, al oeste de la ciudad de El Arish, epicentro de la franquicia egipcia del Estado Islámico en el norte del Sinaí. La prensa de El Cairo informa de que al menos 85 personas han muerto y otras 75 han resultado heridas en el atentado contra el templo musulmán de Al Raudá, según fuentes de seguridad y del Ministerio de Sanidad de Egipto.
Desde que el Ejército derrocó en julio 2013 al presidente Mohamed Morsi, afiliado a los Hermanos Musulmanes, el Sinaí se ha convertido en el principal foco de violencia en Egipto. Los milicianos de Provincia del Sinaí, la filial local del ISIS, han multiplicado los atentados contra militares y policías y los ataques contra civiles para sembrar el terror en la región, que quedó semidesmilitarizada tras salida de las tropas de Israel, que puso fin a la invasión de la Península entre 1967 y los acuerdos de paz de 1979.
Los yihadistas de la región prometieron lealtad al Estado Islámico a finales de 2014 y establecieron la llamada Provincia del Sinaí del Califato en la península que limita con Israel y Gaza, y con el canal de Suez. El presidente del país, Abdelfatá al Sisi, va a reunir este viernes al comité de seguridad nacional para abordar la situación, ha informado el canal de televisión privada Extra News TV, según recoge la cadena británica BBC.
Los turistas en El Cairo y el valle del Nilo y la comunidad cristiana copta también han sido objeto de ataques terroristas. Hace ahora dos años, un avión ruso con 224 ocupantes a bordo se estrelló en el Sinaí a causa de una explosión cuando acababa de despegar de la ciudad turística de Sharm el Sheij, a orillas del mar Rojo. No hubo supervivientes.
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