Finalmente Apple (AAPL) logró que me comprara un nuevo portátil. Por desgracia para el gigante tecnológico, funciona con Windows.
No hubo nada en especial que me empujara a reemplazar mi antigua MacBook Air del 2012, aunque ya había perdido la tecla T, por el HP(HPQ) Spectre x360. Más bien se trató de una serie de pequeños problemas, que hicieron que abandonar macOS haya sido mucho más fácil de lo que habría imaginado hace tres años.
Los portátiles de Windows son más versátiles
Los portátiles MacBook se han quedado atascados en las mismas entradas y salidas básicas con las que contaba la PowerBook de los años 1990: para escribir es preciso usar el teclado, hay que moverse a través del panel táctil y la pantalla solo sirve para ver los resultados. En cambio, la adopción por parte de Microsoft (MSFT) del sistema de entrada táctil en Windows 10 ha permitido que la mayoría de sus portátiles tengan pantallas táctiles.
Los modelos dos en uno también nos permiten voltear la pantalla por completo y usar el portátil como una tableta. ¿Tienes que estar de pie o estás hacinado en uno de los asientos de clase económica? El modo tableta de Windows 10 se convertirá en tu aliado, aunque Apple piensa que nadie lo quiere.
Mientras tanto, los fabricantes de computadoras también se han desmarcado de la dogmática insistencia de Apple por incluir solo un tipo de conector de datos. Los nuevos portátiles de Windows generalmente incluyen y se cargan con los mismos puertos USB-C que las últimas MacBooks de Apple, pero la mayoría incorporan un puerto USB tradicional para ser compatible con un mundo donde casi todos los conectores usan el antiguo estándar, como el que hallamos en el extremo del conector Lightning del iPhone.
Muchos también cuentan con ranuras para tarjetas microSD, de manera que podemos transferir imágenes desde una cámara independiente sin necesidad de enchufar un adaptador. Algunos incluso permiten añadir características adicionales como el filtro de privacidad para la pantalla de un HP de 1.450 dólares, que lo vuelve opaco cuando se intenta ver desde un lado.
El inicio de sesión biométrico Windows Hello de Microsoft, gracias al cual la computadora reconoce nuestra huella dactilar mediante un sensor o nuestro rostro con una cámara web especialmente diseñada para ello, también se ha convertido en una apuesta en los portátiles de gama media de Windows.
Apple considera que las computadoras asequibles son aburridas
Todo parece indicar que a la empresa de Cupertino no le interesa aplicar su talento en el mundo de la ingeniería a las computadoras más baratas. Cuando Apple finalmente decidió agregar el inicio de sesión biométrico a un portátil, la compañía se limitó a añadir esa función a la MacBook con Touch Bar y Touch ID cuyo precio básico es de 1.799 dólares.
Por debajo de ese precio podemos hallar un MacBook Pro de 1.299 dólares, despojada de Touch ID y Touch Bar, luego se encuentra el MacBook de 12 pulgadas que cuesta más de 1.299 dólares y, aún así, sigue castigando a sus usuarios a tener un solo puerto USB-C para cargar y conectar todos los dispositivos.
Después de eso podemos encontrar el MacBook Air cuyo último rediseño significativo se remonta al 2015 y cuya supervivencia parece depender de que es el único portátil que Apple puede ofrecer a partir de los 999 dólares.
Ni siquiera accedí a la versión de escritorio. Apple no quiere en su negocio a compradores que gasten menos de1.000 dólares. De ser así, habría actualizado el Mac mini en algún momento a lo largo de los últimos tres años.
Algunos usuarios de Apple han descubierto que el iPad Pro, cuando se le añade el Teclado Inteligente de Apple, que cuesta entre 159 o 169 dólares según el tamaño, y el Apple Pencil, que cuesta 99 dólares, puede funcionar como un portátil Mac. Después de probar los dos modelos actuales, me sorprendió constatar la dificultad de gestionar los datos en una tableta iOS en comparación con una computadora “de verdad” con múltiples puertos.
Por supuesto, debemos tener en cuenta que Microsoft no tuvo más remedio que incluir las características de la tableta a sus portátiles ya que con la muerte de Windows Phone no cuenta con una plataforma móvil que les permita imitar una computadora.
Windows sigue siendo Windows, pero Mac OS ya no es lo que era
He usado Mac desde finales de la década de 1980, incluso lo usé en esa horrible etapa de finales de 1990 cuando Apple parecía estar condenado al fracaso. No elegí comprar un portátil con Windows sin ser plenamente consciente de las cosas a las que renunciaría.
Windows 10 luce bien, pero no es necesario hacer muchos clics ni adentrarse demasiado en su interfaz para darse cuenta de que los cuadros de diálogo apenas han cambiado desde el antiguo Windows Vista de 2007. Algunas de las aplicaciones principales de Windows 10 aún carecen de funciones básicas. Por tanto, estimado Microsoft, ten en cuenta que las aplicaciones de calendarios admiten incluir las zonas horarias.
También se pueden sufrir inexplicables conflictos de hardware y software: mientras escribo este mismo artículo, Device Manager me informa que el lector de huellas dactilares de Specter no se puede utilizar porque “Windows no puede cargar los controladores que se necesitan”. La buena noticia es que el reconocimiento facial de Windows Hello sigue funcionando bien.
Sin embargo, aunque ya echo de menos esos detalles de Mac como la Quick Look, una vista previa rápida de archivos disponible con solo un toque en la barra espaciadora y las opciones de privacidad de la última versión de Safari, no siento nostalgia por tener abierta la Activity Monitor de Mac para ver las aplicaciones que han bloqueado el sistema por consumir demasiada memoria. Windows puede no ser tan elegante como un Mac, pero es más fiable.
Puede parecer un poco loco. Sin embargo, es algo en lo que también tendré que pensar cuando decida reemplazar mi iMac, que he usado mucho más que mi MacBook.
Fuente: Yahoo
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