El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció este jueves en Pekín haber suscrito numerosos acuerdos comerciales por más de 250.000 millones de dólares, que pueden ayudar a reequilibrar el comercio entre China y Estados Unidos.
Estos acuerdos, firmados durante la primera visita de Trump a China, fueron anunciados con gran pompa durante una cumbre con su homólogo chino, Xi Jinping, en el Gran Palacio del Pueblo.
Los sectores implicados son los de energía, aeronáutica, agroalimentario o electrónica. El importe total (253.400 millones de dólares) es excepcional y entre los grandes beneficiarios figuran los gigantes estadounidenses Boeing, DowDuPont, Caterpillar o Qualcomm.
Muy sonriente, Trump -que durante su campaña presidencial convirtió los superávits comerciales chinos en su gran chivo expiatorio- afirmó que “no reprocha nada” a Pekín.
“Yo no le reprocho nada a China. Después de todo, ¿quién puede reprocharle a un país que se aproveche de otro por el bien de sus ciudadanos? “, afirmó.
La avalancha de acuerdos fue calificada de “verdadero milagro” por el ministro chino de Comercio, Zhong Shan.
Pero, para James McGregor, presidente en China del gabinete APCO Worlwide, se trata sobre todo de “la política a la antigua: un dirigente llega y se otorga el prestigio de una serie de acuerdos ya en curso, a los que añade otros para redondear una cifra enorme”.
Pekín desplegó la alfombra roja para Trump, que ahora “podrá tuitear que es un formidable negociador”, dice McGregor a la AFP.
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