El Canal de Panamá debe mejorar la disponibilidad de agua si no quiere perder su negocio, advirtió su ex administrador, Jorge Quijano, cuando la ruta marítima ha tenido que restringir los tránsitos por la sequía.
“Ahora mismo yo veo que la situación es manejable, pero sí tenemos que mostrarle ya a la industria que estamos tomando pasos definitivos para atender el problema del agua y eso para mí es clave, porque si no vamos a estar fuera de este negocio”, señaló Quijano en una entrevista con la AFP.
“Cuando digo que va a afectar el negocio, no es que va a cerrar. Aquí van siempre a pasar buques”, añadió.
Según Quijano,el Canal de Panamá genera 2.500 millones de dólares en utilidades al Estado, pero sin el agua necesaria van simplemente a bajar eso a 1.800 millones.
Sus declaraciones se producen en momentos en que el canal enfrenta una crisis hídrica, lo que ha provocado medidas restrictivas en el tránsito y el calado de buques, provocando filas de embarcaciones en espera de cruzar la vía.
Por cada barco que atraviesa la ruta se vierten unos 200 millones de litros de agua dulce, que el canal obtiene de una cuenca hidrográfica por los lagos Gatún y Alhajuela.
Sin embargo, esta cuenca, que también abastece de agua potable al país, fue modernizada por última vez en 1935, cuando se registraron unos 6.000 tránsitos por el canal, menos de la mitad que ahora.
Además, en aquella época la población panameña no llegaba al medio millón de personas, contra 4,2 millones en la actualidad, a la mitad de los cuales abastece de agua el canal.
Hay un consumo exponencial de ambos lados, del consumo humano y del consumo por el Canal de Panamá, para el cual fueron construidos los dos embalses.
La Autoridad del Canal de Panamá adelanta estudios para buscar nuevas fuentes de agua, pero las restricciones han disparado el temor a que las navieras decidan cambiar de ruta para transportar su mercancía.
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