Juscelino Filho, ministro de Comunicaciones de Brasil, está siendo investigado por un presunto caso de corrupción, poniendo contra las cuerdas a la administración de Lula da Silva.
Según una investigación de Metrópoles, varios movimientos del exdiputado lo han puesto bajo la mira de la Justicia brasileña.
El primero de ellos, un viaje a Sao Paulo en el que habría dedicado gran parte del tiempo a actividades personales como apuestas, subastas y carreras de caballos.
A pesar de que Filho no haya incurrido en ninguna actividad ilegal asistiendo a estos eventos, se habla de que gastó grandes cantidades de dinero público en ello.
Por otra parte, el ministro habría presionado a Codevasf, una empresa estatal, para enviar millones de reales a una cuestionada compañía.
Se trata de la empresa Engefort, vinculada a políticos corruptos y criminales.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva se pronunció sobre el caso y aseguró que Filho “tiene derecho a probar su inocencia”, sin embargo, aclaró que, de no ser así, se iría de su gabinete.
“Traté de hablar con Juscelino esta semana (…) Él tiene derecho a probar su inocencia. Pero si no prueba su inocencia, no puede quedarse en el Gobierno”, dijo Lula da Silva.
El mandatario asumió la presidencia el 1 de enero. Era la tercera vez que juraba el cargo, tras haber gobernado el país en dos periodos consecutivos entre 2003 y 2010.
Tras las palabras del mandatario, el funcionario se pronunció en su cuenta de Twitter y aseguró que las acusaciones en su contra son “infundadas”:
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