El número de muertos por las torrenciales lluvias en el sureste de Brasil aumentó el lunes a 40, según cifras oficiales, en el día en que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva visitó la región y dijo que ya no se deberían construir viviendas en zonas con riesgo de deslaves e inundaciones.
El gobierno del estado de Sao Paulo dijo en un comunicado que 35 personas murieron en la ciudad de Sao Sebastiao y que una niña de 7 años perdió la vida en la vecina Ubatuba.
Las ciudades de Sao Sebastiao, Ubatuba, Ilhabela y Bertioga, algunas de las más afectadas y que se encuentran bajo estado de desastre, cancelaron sus fiestas de Carnaval mientras los equipos de rescate luchaban por encontrar desaparecidos, heridos y posibles muertos entre los escombros.
“Nuestros equipos de rescate no consiguen llegar a varios lugares; es una situación caótica”, comentó Felipe Augusto, alcalde de Sao Sebastiao. Más tarde, añadió que hay decenas de desaparecidos y que 50 casas se derrumbaron en la ciudad debido a los aludes.
Augusto publicó en las redes sociales varios videos de la destrucción generalizada en su ciudad, incluido uno de un bebé que era rescatado por los habitantes alineados en una calle inundada.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva visitó el mismo lunes las áreas afectadas por las lluvias en el sureste de Brasil.
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El mandatario sobrevoló la ciudad costera de Sao Sebastiao junto con ministros del gabinete antes de reunirse con funcionarios locales, quienes confirmaron que unas 40 personas seguían desaparecidas, mientras que otras permanecían varadas con las carreteras bloqueadas por deslizamientos de tierra.
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