Para el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, esta Cumbre de las Américas es “una cita de oportunidad perdida por una política trasnochada, discriminatoria e injerencista de Estados Unidos”. Estas palabras fueron emitidas porque la nación norteamericana no invitó al país caribeño.
Desde el Palacio de la Revolución (sede del gobierno), el mandatario dijo que tanto Cuba como América en general “cambió”, caso contrario “al imperio, que nunca ha cambiado”, expresó. Por ello, aseguró sentirse “horado” por encabezar lista (de excluidos de la Cumbre) junto a Nicaragua y Venezuela”.
Diaz-Canel se refirió a la razón por la que EE.UU. no los invitó al evento, y destacó que la nación norteamericana “carece de autoridad moral para hablar de democracia”, “cuando no la promueve ni dentro ni fuera de sus fronteras”.
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Agregó que Washington equipara democracia y capitalismo, cuando a su juicio son “conceptos contrapuestos”, y aseguró que “la democracia y la promoción de los derechos humanos no parecen los principios de su política exterior”
Por eso, opinó que la Cumbre no va a abordar “los problemas más graves de América Latina y el Caribe”, como las causas de la migración, el desarrollo económico, la desigualdad, el racismo, la discriminación, la transferencia de tecnología, sino que es tan solo un “espectáculo publicitario” dirigido a la “politiquería interna” de EE.UU, concluyó.
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