El secuestro y violación de una niña de tres años en la región peruana de “Chiclayo” ha provocado la indignación de la población en ese país. La semana pasada miles de ciudadanos salieron a las calles de Lima y otras ciudades para pedir justicia para la menor.
Damaris, nombre de la niña, fue reportada como desaparecida el pasado 12 de abril y el miércoles 13 del mismo mes la Policía Nacional la encontró y detuvo al presunto culpable, de 48 años.
El acusado Antonio Enríquez García fue señalado por los delitos de “violación sexual” y “secuestro en agravio” de una niña de tres años.
Tras su detención, Enríquez confesó a las autoridades que estaba en estado de ebriedad cuando secuestró y abusó sexualmente de la niña.
“Me la llevé a mi casa, con la finalidad de violarla porque me encontraba borracho”. expresó.
Medios locales reportan que el estado de salud de la niña es estable y se encuentra internada en el hospital Almanzor Aguinaga de EsSalud.
Castración para violadores
El presidente de Perú, Pedro Castillo, planteó la aplicación de medidas drásticas, como la castración química hacia los violadores de menores de edad.
“Basta ya de tanta violencia, los crímenes de violencia sexual contra los niños y niñas no se tolerarán por este Gobierno, ni quedarán impunes. El dolor de esta familia también es el nuestro, me siento indignado ante tanta crueldad. La castración química es una opción, no podemos esperar más”, dijo el mandatario
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