El régimen de Vladimir Putin impuso este viernes el cierre de las oficinas de las organizaciones defensoras de derechos humanos Amnistía Internacional y Human Rights Watch.
La medida en contra de las ONG fue anunciada en un comunicado publicado por el Ministerio de Justicia ruso.
Las ramas locales de Amnistía (Reino Unido) y de HRW (Estados Unidos) fueron “excluidas del registro oficial de las organizaciones no gubernamentales extranjeras” en Rusia, por “violaciones de la legislación rusa”, subrayó la nota.
En respuesta, Human Rights Watch aseguró que la decisión del Kremlin es una prueba más de que a Putin “no le sirven los hechos relativos a la protección de los civiles en Ucrania”.
“HRW lleva trabajando en Rusia desde la época soviética, cuando era un estado totalitario cerrado. Encontramos formas de documentar los abusos de los derechos humanos entonces, y lo haremos en el futuro”, sostuvo el organismo en un comunicado.
En ese sentido, concluyó: “Al mismo tiempo que lo hacíamos, pedíamos a Rusia que volviera a las normas que está obligada a respetar en el sistema de derechos humanos de la ONU. Y seguiremos haciéndolo”.
Agnes Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional, afirmó que su organización seguirá apoyando a los rusos.
“Redoblaremos nuestros esfuerzos para denunciar las atroces violaciones de derechos humanos cometidas por Rusia tanto en su país como en el extranjero”, afirmó en una declaratoria.
Deje su comentario