El economista Alejandro Arauz refuta a los genios del gobierno y empresarios, quienes están satisfechos de la reducción del 4% a la tarifa eléctrica.
Según Arauz, el peso de la energía en la estructura de costos de la actividad económica, ya sea familiar, empresarial, anda en el 5% y va subiendo hasta llegar al 12% y al 20% en algunas actividades que dependen mucho de la energía”, señaló.
“Veo que no hay un interés real de apalancar los sectores productivos, de mejorar su consumo y su productividad, aprovechando este ciclo [de bajos precios] que terminará en 2017 o 2018, cuando el petróleo vuelva a subir. Este ciclo se podría aprovechar para mejorar los factores de productividad de sectores como comercio, industria, construcción, etc.”, recomendó Arauz.
De acuerdo a los cálculos de la Cámara de Energía de Nicaragua, que cifraba el ahorro en US$130.2 millones, el presidente del Cosep Jose Adán Aguerri declaró, antes de la decisión de INE, que “la tarifa debe bajar en un 10% adicional al 10% en que disminuyó en el 2015”.
Sin embargo, 29 horas después, cuando ya se había oficializado la disminución de solo 4%, Aguerri celebró el anuncio por considerar que “la rebaja a las empresas permitirá compensar la baja en las exportaciones que tuvimos en el 2015, e incidirá para que baje la inflación, que fue de 3.05% en el 2015”.
“Con números en mano, resulta evidente que una disminución del 10% al 12% hubiese sido la más apropiada, y habría tenido un verdadero impacto en la economía, y la hubiera hecho más competitiva, como propugna el Cosep”, dijo Arauz.
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