Tras un año de educación online debido a la pandemia del COVID19, casi cuatro millones de estudiantes volvieron este lunes a las clases presenciales en Italia.
Sin embargo, solicitan como obligatoriedad el certificado sanitario para quienes entren en la escuela, incluidos padres y acompañantes, mientras para los alumnos se estudia la implantación de test salivares.
La vuelta al colegio se inició este lunes en diez regiones, a las que se irán sumando paulatinamente el resto para llegar la próxima semana a los ocho millones de alumnos de infantil, primaria y secundaria del país. Cabe destacar que deberán llevar mascarilla en clase.
Notificada sin preaviso el pasado viernes, los responsables de los colegios, los encargados de controlar el pase a través de una nueva plataforma digital, critican que la medida se haya cambiado en el último momento, sin tiempo para organizarse ni para comunicársela a los afectados. Su incumplimiento va acompañado de multas de entre 400 y mil euros.
Una docente muestra su “Green Pass” a un trabajador de la escuela (AP/Andrew Medichini)
El certificado solo se iba a limitar a directores, profesores y resto del personal, la que ha desatado la polémica, a pesar de que el Gobierno la considera “una medida de seguridad y protección, especialmente para los niños”, los únicos que no deberán cumplirla.
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