La Arquidiócesis de Managua llama a toda la comunidad católica, y población en general “no bajar la guardia” ante el aumento de contagios y muertes por COVID19 en Nicaragua.
El Cardenal Leopoldo José Brenes expresa que “los templos y capillas estarán abiertos en horarios oportunos según la realidad de cada comunidad”, y pide a los párrocos evaluar la continuidad de las celebraciones litúrgicas.
Además, insta a evitar “actividades que aglomeren personas”, y considera que se debe limitar el tiempo de duración de las celebraciones religiosas, y reducir el número de participantes.
“Esta es tarea y obligación de todos nosotros pastores, el unir esfuerzos en el cuido de nuestra salud, y dar testimonios de una iglesia responsable y solidaria”, señala.
Brenes deja claro que “si la situación particular de una comunidad o institución eclesial amerita implementar un plan de emergencia, se deberá consultar a los consejos pastorales correspondientes y a la autoridades superior para valorar las circunstancias y actuar en comunión”.
Comunicado de la Arquidiócesis de Managua.
Con esta comunicación, una vez más la iglesia católica se muestra preocupada por la situación sanitaria del país. Desde mayo 2020, a la fecha, 14 sacerdotes han fallecido a causa del patógeno, según cifras emitidas por las autoridades eclesiásticas.
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Solo en el corriente mes de agosto, cuatro párrocos se rindieron ante la muerte, entre ellos los sacerdote Uriel Sandi de Managua, y Julio Melgar de Estelí.
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