El activista Carlos Bonilla declaró desde su camilla en el Hospital Manolo Morales en Managua, que va a continuar en la lucha pese a lo sucedido contra su persona y su esposa. “Esta lucha es por convicción, por mi patria y mi familia”.
Bonilla, coordinador del Movimiento Democrático Nicaragüense (MDN), y Gabriela García, su esposa, fueron atacados salvajemente por cinco desconocidos con puñales y tubos de hierro el pasado viernes 26 a eso de las 9:00 de la mañana.
El ataque sucedió a una cuadra de la casa de los miembros del MDN, en la Colonia 10 de Junio, cuando abordaban un taxi para dirigirse a la sede central del Consejo Supremo Electoral (CSE) en Metrocentro.
“Nada me va a detener. Ni los intentos de asesinato”, dijo en estado delicado pero estable Bonilla, dos días después del ataque.
“En nuestra encuesta la población aplaza al CSE por ser autores de fraude. El pueblo demanda elecciones libres y transparentes”, añadió, con un poco de dificultad para hablar.
“Fue un asesinato frustrado. De eso no tenemos dudas. Pues no somos comerciantes, somos activistas demócratas. Íbamos a presentar los resultados de una encuesta de cómo la población quiere cambios en el Consejo Supremo Electoral y no quiere más a Roberto Rivas al frente de esa institución”, aseguró por su parte, Gabriela García, esposa del activista Carlos Bonilla, quien fue acuchillado por cinco desconocidos al salir de su vivienda.
La Policía Nacional no tiene ninguna información sobre los sujetos que acuchillaron a Carlos Bonilla y su esposa. Los investigadores llegaron hasta la sala de urgencia del hospital ‘Manolo Morales’ a tomar declaraciones para investigar el hecho, sin embargo, todavía no les han dicho ni una palabra sobre cómo se está desarrollando el caso.
En el Distrito Cinco de Managua agentes de la oficina de información afirmaron que el caso lo está llevando directamente la Dirección de Auxilio Judicial, sin tener algo 4 días después.
Por su parte, el Movimiento por Nicaragua (MpN), emitió un comunicado alertando a las autoridades del país a no continuar con “esa espiral de violencia y represión en contra de la ciudadanía” dijo Violeta Granera, directora ejecutiva.
“Nosotros estamos conscientes que esto tiene todos los vicios de ser una represión política”, dijo Granera, quien añadió que “esto demuestra que aquí hay una voluntad de mantener la represión y desestimular la participación ciudadana. Creemos nosotros que eso es un gravísimo error por parte de los que están planeando esta estrategia”.
Para la directora del Movimiento por Nicaragua, estas acciones son malas señales en un año electoral. “No entendemos cómo el Gobierno piensa que va haber un ambiente electoral cuando la esencia del ambiente electoral no solo es la transparencia en el conteo de los votos, sino también la libertad del voto y eso implica debates, propuestas y movilizaciones que van a estar como han estado hasta ahora, sujetas a la represión y a la intimidación por parte de grupos paramilitares” agrega Granera.
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